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martes, 31 de mayo de 2016

navidad

   Todo está iluminado, luces blancas, azules, amarillas, rosas, que se agrupan y dibujan estrellas, copos de nieve, lazos... Ha llegado esa época del año en la que todo parece posible.

   –Feliz Navidad– desea la pescadera a los clientes mientras les sirve gambas, gambones,langostinos y todo tipo de bichejos marinos.
   –Feliz Navidad– el banquero mientras cuenta, –doscientos, trescientos...¡Qué Petra! ¿ para los regalos de tus nietos?.
   –Noooooo, yo ya los tengo comprados. La patrulla canina para mi Guillem, unas zapatillas Nike para mi Claudi, ¡que mira que son feas!, ¡qué se yo, pero son las que están de moda,!, hijo mío son tan negras, ¡qué feas!, con lo bonitas que las hacen ahora, de tantos colooores. Pero mi hija me lo dejó claro, "mamá son las que quiere" y no había bastante con unas que mi otro nieto, que llega hoy, sí el que vive en Sant Cugat, pues quiere las mismas, mira tú por donde.
    –¿Y tú  Petra, qué le has pedido al gordito barbudo?¿ o tú eres mas de sus majestades?.
   –¡Ay Hijo mío! yo, salud para todos, mis hijas, mis nietos... Aunque yo quiero un móvil de esos para poner  "wasás", pero no sé yo si caerá. Mis hijas dicen que son muy complicados para mí y que no voy a enterarme, pero yo ya me espabilaré, oye hay que modernizarse– se ríe.

   Qué orgullosa está de su madre. Ha tenido una vida tan difícil, pero ahí la tienes, cuatro hijas como cuatro soles y tres nietos preciosos, a los que ama y malcría.

   Ella adora la Navidad aunque echa de menos como las vivían antes de que su niña, le dijera un díaaaaa:

   –Mamá, ¿mira lo que me han dicho en el cole, es cierto?
   –No mi niña, tus amigos no se enteran.
   –Eso ya me lo dijiste el año pasado. Somos veintitrés en clase, no puede ser que veintidós no se enteren. La que no se entera soy yo.
   –Verás cariño, lo que ocurre es que los papis somos ayudantes...
   –Mamá corta el rollo, me has mentido, ¡pero como has podido!.Tantos años creyendo como un pringada. Si ya decía yo, ¿alguien tan gordo como va a entrar por la chimenea?, pero claro, que si las  huellas en la ceniza, que si mira toda esa purpurina, que si claro como es mágico...¡menuda pringada!.  Mamá no te lo voy a perdonar.
   –Mi vida ahora no lo entiendes, cuando tu tengas hijos...
   –Mamá, yo no pienso mentir a mis hijos.
   –Pero mi vida, siiiiii sí que existe, en nuestro corazón. Hacer felices a los que quieres, no me ves a mí como derrapo el día de Navidad para mirar debajo del árbol, es ilusión, es...
   –¡Y dale que te pego!, me has mentido y punto– Su hija es muy cabezota. Tiene a quién parecerse, a sus dos progenitores, que si compitiesen tendrían que dividir la copa en dos.

   Pero tan solo quedó en eso, un pequeño enfado. Porque ella y su familia cada año siguen el mismo ritual. Papá enciende la chimenea mientras ellas decoran el árbol, entre canciones y bailoteos. Cubren el árbol de color con todo tipo de adornos. Los que más les gustan son los que traen de sus viajes, allí donde van compran un adorno navideño, lo han convertido en una tradición. Así su árbol se viste de estreno cada año. Luego las luces y tachánnnn, ahí está. Qué cálido siente ella el salón. Ese abeto parece hablarle. Le habla de ilusión, le habla de familia, de futuro. Un nuevo año, del que siempre esperas sea mejor que el anterior. Al que le pides un deseo trás otro, como si del  genio de la lámpara se tratara. Si ella por un instante hubiese imaginado lo que el 2015 iba a depararle, congelar el tiempo, detenerlo, ese habría sido su deseo. No habría confeccionado una lista llena de propósitos, aunque solo fuera mental, para que nos vamos a engañar : apuntarse al gimnasio para no parecer de plastilina,  ahorrar un poquito más para alargar las vacaciones, hacer un tratamiento anticelulítico, poner una puerta de cristal transparente en el baño...No, sin duda en esa pizarra mental habría escrito un único propósito, vivir. Porque descubriría que vivir es: abrazar a tu hija cada día y oler su pelo. Es el beso de buenas noches de tu amor, acurrucarte a  su lado "tirándole la pierna por encima". Es leer un libro, una copa de vino, ir al mercado con tu mami y comerte sus lentejas, cacarear sin parar con tus hermanas, reírse, bailar, desayunar en el porche, el aroma del jazmín que entra por la ventana de la habitación, el frío del invierno, el calor del  sol... sí, esa habría sido su exclusiva pretensión, sería el mejor de los regalos, la vida. Como iba ella a pensar en la muerte si Navidad significa nacer. Una irrealidad, un imposible, como ella iba a pensar......
   
    Adora la Navidad porque no solo brillan las calles, las casas, si no las gentes. Deseándose lo mejor unos a otros. Brillan los niños con su ilusión. Hay luz por todas partes, hay esperanza, hay unión, las familias se reúnen y aunque a veces los encuentros acaban como el rosario de la Aurora, están juntos porque se quieren y desean celebrarlo. Ella y los suyos; padres, hermanas, sobrinos, cuñados, son toda una tribu, se juntan. Brindan, bailan, juegan a las palabras prohibidas y se desternillan porque papá y mamá en el mismo equipo resultan más cómicos que Dani Rovira actuando con un clon. La que lían, no dan una, qué graciosos, son la monda. Y ellas que puñeteras, no los agrupan adrede, noooooo. Abren los regalos el 24 por la noche en casa de los yayos  y por la mañana en su casa. Hacen fotos para inmortalizar el momento, y cuando al año siguiente las miran y se ven, con aquel pijamita tan mono, ya no les parece tan mono y qué caretos, se tronchan.

   Ella está intranquila, " la pesadilla" asoma la cabeza de vez en cuando.Y lo hace acompañada de un nuevo síntoma, que le incordia, le inquieta, lo siente como una amenaza. Aparece en el momento más inesperado y la coge siempre por sorpresa.

   Ha salido con su amiga Berta, irán al "Japó", la ha convencido para que pruebe la comida japonesa, –bueno la próxima vez con palillos, Berta– le dice,– pasito a pasito–.

   –Berta acabo de mojarme
   –¿Ehhh, te has tirado el vino encima?
   –No, no, por favor pide la cuenta– le susurra y salen a la calle.
   –He mojado los tejanos.
   –¡Qué dices!, ¿te has hecho pis?, no me lo puedo creer, qué mala es la edad.
   – No te rías, que estoy preocupada.
  –¿En serio tenemos que hablar de esto?, de verdad, no es necesario, no quiero escucharlo, que solo nos llevamos cuatro años por Dios. Como nos tenemos que ver. Pero si te hicieron la cesárea, ¿eso no les pasa a las que paren por ahí?. Como no vas a estar preocupada, solo de pensarlo me dan escalofríos. Me imagino diciéndole a mi cita, un momentito monada, que voy a quitarme la Tena lady triple protección. Que no, que no, que hay cosas que no se deben contar y ...
   –puedes dejar de desvariar y escucharme un segundo, que no es incontinencia.
   –nooooo, claro me sueltas así de buenas a primeras semejante bomba y ahora quieres arreglarlo– De repente ve la expresión de la cara de su amiga. –Esto va en serio, ¿no?, ya me callo, cuéntame–
   –Estoy preocupada. Ultimamente me pasa a menudo, así sin más, empiezo a sentirme mojada. Es como si realmente me lo hiciese encima, pero no, el líquido es vaginal, no puedo controlarlo aunque contraiga los músculos, por eso estoy segura de que no es orina. Estoy asustada, algo no va bien.
   –Pues ves al médico, no. 
   –Sí, esperaba a que pasasen las fiestas, mañana pido hora. Quizá sea el D.I.U
   –Va, seguro que no será nada, pero así estarás más tranquila.









6 comentarios :

  1. Me gusta mucho lo que expresas y me emociona y me provoca sentimiento.mama

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  2. jajjaajja ya me imagino tu cara de no saber donde meterte, la de Berta partiéndose de risa, la decoración del restaurante... Aunque no sea para reír, sí, me he reído y mucho!! Bss,

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    1. Pues me encanta haberte hecho reir, no deberiamos parar de hacerlo. Besito

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  3. Quieres hacer el favor de publicar mas a menudo!!! Me encanta... No hace falta que te lo diga... Aunque se que cuando llegies a momentos que he vivido sera duro volver a recordar...

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